12 de junio 2024. Despedida de Pernambuco y llegada a Río de Janeiro
Con dolor en el corazón digo hoy adiós a esta región. Pernambuco y sus gentes quedan para siempre en mi corazón y desde aquí digo que volveré...
Por la mañana nos quedamos trabajando un rato y a las 12 viene a recogerme Marcio para comer e ir al aeropuerto. Esperando a Huber paseamos por Olinda y nos vamos a tomar un café a una fantástica terraza con vistas a Recife.
Banderas de la fiesta junina.
Paraguas con los que bailan en el Frevo y que adornan muchas ciudades. Símbolo de la cultura pernambucana.
Huber acude al bar y me trae un fantástico regalo para Gemma, seis instrumentos propios de la cultura pernambucana. Un encanto este hombre...
Nos vamos a comer a un restaurante de Olinda y de despedida nos bebemos un buen número de cervezas (vaya trío...) y una especie de mariscada en salsa riquísima.
Hoy es el día de San Antonio, que se celebra aquí como el día de los enamorados, así que yo me fotografío con mis enamorados pernambucanos....
Mientras Huber se despide de su hija Pietra, Marcio y yo nos vamos a ver un Convento que fue el primero que se construyó en Brasil por los Portugueses en 1577. Es una pena porque quedan pocos restos originales porque fue saqueado posteriormente en la invasión de los Holandeses. Es curioso el tema de los azulejos cubriendo todas las paredes... Hay un crucero en frente de la puerta que marcaba el punto hasta podía la fiesta pagana de los carnavales, hoy sin embargo un bloco de carnaval sale directamente desde este Convento...
De ahí nos vamos al aeropuerto, tres horas de vuelo que aprovecho para repasar las charlas de mañana y llegamos a Río de Janeiro a las 11 de la noche, donde nos espera mi querido Mario para llevarnos directamente al hotel.
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